Indicaciones útiles para asegurarte un buen peinado después de ir al peluquero

En muchas ocasiones, lo primero que hacemos al salir de la barbería es mirar nuestro reflejo en el espejo. De hecho, un corte de pelo no es oficial hasta que compruebas cómo te sienta. En ese momento te enfrentas cara a cara con la realidad, ya no hay vuelta atrás, y el veredicto habitual es negar con la cabeza. “No me veo, no me veo”. Pero luego, y según te vas encontrando con gente conocida que aplaude, celebra y se deshace en halagos hacia tu nuevo estilismo capilar, el tema ya empieza a gustarte. “Pues no está tan mal”.

Es imposible estar seguro al 100% de que un determinado estilo te vaya o no a favorecer. Incluso aunque lleves toda la vida con el mismo corte, con el tiempo el pelo cambia de textura, clarea en algunas zonas, encanece en otras y, de pronto, caes en la cuenta de que ese rizo rebelde a la altura de la sien que te ha acompañado desde niño lleva tiempo sin dar señales de vida.

“Si vas a cambiar de look, es aconsejable que nos traigas alguna imagen de referencia, pero luego nosotros tenemos en cuenta otros factores, como la fisonomía y el estilo. Por ejemplo, a un ejecutivo, un corte rapado y con el pelo pincho le va a restar seriedad. Con la barba sucede igual: a una persona con la cara redonda le favorecerá una barba cuadrada o alargada. Jugamos con las facciones y los volúmenes”, apunta un experto barbero.

“He de decir que la inmensa mayoría de mis clientes saben lo que quieren, pero hay un pequeño porcentaje de indecisos que viene con la foto de algún famoso, queriendo un corte idéntico. A estos les explicamos, con argumentos, que el resultado no va a ser el mismo”, aclara Alberto, dueño de una barbería en New York. Y añade: “antes de hacer ninguna valoración definitiva es importante esperar a la mañana siguiente. Si tardas poco en peinarte y ves que te aguanta todo el día, acabarás por convencerte”. Ve con unas expectativas realistas y no te precipites. Así, evitarás posteriores disgustos.

Otro de los problemas más recurrentes es que, al salir de la peluquería, todo está en su sitio, pero luego eres incapaz de reproducir el mismo peinado en casa. La mejor solución es preguntar mientras te realizas el corte todas las dudas y qué productos están utilizando. Si te han asesorado bien, va a ser muy fácil. Durante 15 o 20 días deberías poder peinarte sin problema y los productos de styling siempre están ahí. Recomendamos usar pomada a los hombres que tienen mucho pelo o cabellos muy densos porque aporta el brillo y el peso justo. En cambio, la cera va mejor para los finos y lisos: ayuda a mantener el volumen y el acabado es muy natural.

Y hemos dejado para el final la gran cuestión: el corte, ¿con el cabello seco o húmedo? “Son técnicas totalmente diferentes. En un corte clásico, cuando hay que cortar a tijera los laterales y la zona posterior de la cabeza, conviene hacerlo en seco porque ves cómo queda en el momento, ya pulido. Los cabellos muy canos y duros, también en seco. En cambio, para crear textura y se eliminar ondas y volúmenes, mejor en húmedo”.

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